Hace meses,
Eresfea dijo de él "son cuentos, son de amor, de Amor". Y poco más puedo añadir. Sus personajes me recuerdan a los de Flannery O'connor, intentando amoldar el mundo real a la seguridad de las convicciones (el comunismo, el puritanismo). Son historias optimistas, que no es sinónimo de final feliz. Buscando encajar el mundo y la gente en la imagen que de ellos se tiene, descubren la esperanza, la fe, la caridad. Historias de Amor, vaya que sí.
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