4/2/09

No nos desviemos


Todos los días, al ir a recoger a Joana y después del obligado beso, el saldudo y las noticias extraordinarias del tipo ¡Ay, mamá, es que soy una despistada!, ¡siempre me dejo la mochila! O ¡Es que tengo tantos amigos, mamá, que cada día uno me recoge la mochila! O ¡Me ha pisado! (llanto estridente y exagerado); todos los días, digo, le pregunto a Joana qué tal se ha portado. Y todos los días me responde fenomenal o súper bien, aunque no siempre sea cierto.

Ayer trabajé hasta tarde y no la recogí en el colegio sino en casa de una amiga. Urgía preguntar qué tal se había portado en esa casa. Después, cenando, lancé la pregunta de rigor:
- ¿Qué tal te has portado en el cole?
- ¡Fenomenal!
- ¿En serio? Qué bien. ¿Has dormido?
- Sí. Y, ¿sabes?, otro día la señorita me había dicho que dormiría en la clase de Rocío, pero no he dormido en la clase de Rocío.
A estas alturas del curso ya sé que ir a una clase que no es la suya suele significar castigo.
- ¿A otra clase? ¿Te habían castigado?
- Sí, pero es que... ¡Mamá! Ahora no estamos hablando de si estaba castigada o no.

1 comentario:

Sergio dijo...

Mmmm, estoy con Joana. Legalmente sería cuestionable el uso de una información obtenida de ese modo.