22/4/09

Quemando etapas


La etapa del porqué, que tantos quebraderos de cabeza me dio en su momento, está dando los últimos coletazos en casa. Pero no hay tiempo para añorarla: ha sido sustituida por otra curiosidad más fina, más razonada, sin la espontaneidad de la primera etapa, pero con el añadido del elemento sorpresa. Algunas preguntas, aunque formulan dudas serias, las recibo con gracia y encesto sin pestañear. Dos puntos.

- Mamá, el día que la taza azul y la taza naranja y la taza verde* estén sucias, ¿cómo me prepararás la leche?
- Te daré una de las blancas** o te limpiaré una de inmediato.

Otras, en cambio, me pillan desprevenida y me obligan a plantearme asuntos en los que nunca antes me había detenido.

- Mamá, las personas que no tienen voz, ¿pueden toser?
- ¿Qué?
- Si no tiene voz, ¿pueden toser?
- Bueno, eh, sí, claro. Aunque no tengan voz, hacen ciertos ruidos... Sí: pueden toser.


* Citadas en escrupuloso orden de preferencia.
** Más grandes, evidentemente más aburridas, calificadas como "de mamá".
(La foto la sacó Joana el mes pasado)

2 comentarios:

pau dijo...

La respuesta da unas vueltas en el aro y encesta!! Creo que tu "pecado" es el mismo que el mío: demasiadas explicaciones. Y todos nuestros argumentos vuelven rebotados y crecidos!!
Besos.

Sergio dijo...

Sí que pueden toser, pero si estornudan y les dices "Jesús", no hay que enfadarse porque no te den las gracias.