14/5/09
En esta entrada no pienso escribir "problema"
Vaya, muchas gracias por los sabios consejos que me mandáis en los comentarios. Reconozco que el más tentador -más incluso que el sudoroso kebab de Marc- ha sido el de Sergio, y no he perdido el tiempo en ponerlo en práctica: ya sé decir chleb (jleb, según mi percepción auditiva), esto es: pan. Me traje de la patria querida algo de embutido: queso manchego, butifarra, sobrasada y longaniza. Sólo me falta el sable de la caballería polaca y prepararé unos bocadillos de aquí te espero.
Sobre el aceite de oliva... Vergüenza me da reconocerlo pero cuando fui a comprarlo (uno chiquitín, tampoco hay que parecer despilfarradores), estuve mirando y comparando, que es lo que me enseñó a hacer mi mamá. Elegí uno con pinta de barato que tuvo a la dependienta unos 20 minutos mareando papeles por si encontraba el precio. Al final, compadecida, elegí otro. Al llegar a casa y abrirlo (porque de estas cosas uno no se da cuenta antes de abrir el bote, la lata, la botella, la caja o el envoltorio) vi que era aceite de uva, o algo así: pálido e insípido.
De por qué a los catalanes nos llaman polacos. Ni idea, alguna vez lo pregunté, pero he olvidado la respuesta. Sé, eso sí, que es despectivo; no lo inventó ningún catalán porque se sintiese hermanado con la bravura polaca (porque han tenido, como todos los pueblos, vicios históricos, pero son de naturaleza heroica).
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5 comentarios:
El punto es el abismo que separa las comidas de Zizur (la mayonesa casera, las salchichas "de verdad") con la desconocida gastronomía polaca. Yo creo que tendrías que pasar unos días entrenando tu estómago en fast foods y, a partir de este grado cero del gusto, empezar a probar cosas nuevas. O imitar a tu nuevo amigo y decantarte por la vida vegetal.
El aceite de uva que no era de oliva, tomátelo como un mensaje (quemar las naves, quemar las naves).
La equivalencia que anunciaste entre fotos=buena alimentación nos tiene un poco preocupados.
Pero, ¿dónde os habéis metido? Un país que le hace eso a la uva no merece llamarse civilizado.
Txakoli, tinto, rosado, blanco, incluso mosto dulce; ése es el destino al que todas las uvas de bien quieren aspirar, pero ¿aceite?
Estoy rotundamente de acuerdo con Sergio. Se trata de un uvalegio, sin duda.
Pobrecitas. La verdad es que tiene que ser un poco dificil encontrar en Polonia cosas conocidas para comer. No es por dar envidia, pero la otra noche cenamos en casa de Armando, Grisel (no se como se escribe) y Alejandra -creo que cambiaron la cerradura- una cosa que no se si te gustara..., sí..., AREPAS!!!!! jejejejee. Besos
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