29/7/09

a distancia


Ayer llamé a Joana porque la añoro.
- Joana, es mamá, ven.
- ...
- Joana, deja la película. Luego la ponemos de nuevo.
- ...
- ¡Joana!
***
Hoy ella me ha llamado a mí.
- ¡Mamá!
- ¡Reina!
- ¿Mamá?
- Sí, Joana, soy yo. Cuéntame que tal el...
- (No es mi mamá. La voz.)
- ¿Cómo no voy a ser yo? Joana, ¡que soy yo!
- (¿No es tu mamá? A ver, dame el auricular.)
- ¡Claro que soy yo!
- (Sí, Joana, es tu mamá)
- ¿Mamá?
- Sí, Joana, cuéntame.
- ...
- ¿Joana?
- ...
- ¿Mowgli, estás ahí?
- ...
- ¿Joana?
- ¡Es que hacía de muñeca!
- Pero, Joana, no hagas de muñeca por teléfono, que no puedo verte...
- Cricricricricri.
- ¿Joana?
- ¿Han llegado las coquillas?
- ¿Qué? Ah, sí. Uy, no me mandes cosquillas que me río.
- Cricricricri. ¿Las has cogido?
- Sí, sí. Las tengo en el puño. Cuéntame...
- Cricricricri.

3 comentarios:

Sergio dijo...

¿Confunde tu voz?, ¿Mowgli?, ¿cosquillas?
¿Será que estás acatarrada y tu voz parece la de un oso por teléfono?

mòmo dijo...

Será eso, Sergio: que cada día me parezco más a un oso. De hecho, creo que en la biblioteca estoy invernando.

El del sur dijo...

Genial. Sois geniales. Quizás es porque parece que os estoy viendo hablar y sé que es así como pasan las cosas entre vosotras dos. No dejes de escribir estos relatos... genial...