Como tantas cosas importantes, ha ocurrido sin más. Sin planes ni preparativos. Paseábamos con los dos pequeños; Manel, sentado en su side-car, hacía trotar una yegua de plástico por campos invisibles. Eugenia dormía.
- Mamá, ¿por qué por aquí no pasa Papá Noel?
- Hum.
- ¿Mamá?
- Sí. Bueno. ¿Sabes?, Joana, creo que ya tienes edad para que te cuente algo.
Ella asiente con la cabeza. Seria. Sigo.
- Pero tendrás que saber guardar el secreto.
Asiente de nuevo.
Y así, con suavidad, conversando en medio de la calle, Joana ha entrado en el círculo de los que guardan el secreto.
PD: Aunque la foto tiene un par de meses, la situación no ha sido muy diferente (salvo por los cuellos altos y los abrigos).
3 comentarios:
EL secreto.
Shhhh, no lo digáis muy alto que David José aún no lo sabe y con este cambio de coordenadas y tantas, tantas alteraciones, no nos ha parecido oportuno decírselo. En cambio, que buena ocasión para felicitarte por Eugenia y por todo... Un abrazo colombianísimo,
¡Noooo! Me parte el alma.
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