17/1/08

sueños


Lo normal, cuando la despierto, es recibir un abrazo perezoso. Luego viene el "¡eh! ¿No me dices nada?" Y su sonriente "buenos días". Esto es lo normal. Hoy, en cambio, ha entreabierto los ojos y ha dicho, preocupada: "pero no me he terminado el café". "¿No lo has terminado?" "No, mira". Y ha sujetado entre sus dedos un asa imaginaria y ha sorbido los últimos tragos de ese café. Riendo. En algún momento el sueño se ha convertido en juego.

Hace años, también mi hermana me despertaba con frases surrealistas. Una noche, por ejemplo, cuando entre nuestras dos camas velábamos el sueño de nuestro hermanito (tendría yo once, ella ocho), la vi de madrugada, sentada en su cama, quieta, seria y con el brazo extendido hacia la cuna. No daba miedo, claro que no, porque ya entonces era una niña muy guapa; pero era raro. Me desperecé y le pregunté qué hacía. Me miró, muy seria: "le doy la montaña a Ferran". Ah, bueno.

Debe de ser cosa de familia, porque también a mis primos les da por gritar frases absurdas en mitad de la noche, escondiendo sus zapatillas entre las sábanas, ¡ya no me las volveréis a quitar! O incluso manteniendo conversaciones entre ellos; un sueño coral, supongo, en que es necesario repartir los personajes:
- ¡Yo fortachón! - Resuena la voz de un adolescente en ciernes.
- Yo pitufina - Responde, adormilada, su hermana.
A veces no son sólo frases, sino misiones concretas e importantes, que empujan a la durmiente a levantarse de la cama y encontrar a su madre, preparando los desayunos en la cocina, para anunciarle con determinación: "mamá, la sopa de ventanas no me gusta".

Parece que Joana ha heredado el gen del sueño entretenido. Bien por ella.

4 comentarios:

ERT dijo...

Esto me recuerda que los pitufos cumplen 50 años. ¡Felicidades!

Bloody Marie dijo...

Lo que no dices es que yo me enfadé por tu pregunta. Y a continuación creo que dije algo como: "¿quééeé? ¿normal, no?"

Jeje, y lo bonito que es soñar! Joana, que siga que siga.

Mae Ortiz dijo...

En casa tenemos un ejemplar similar. Aunque nunca intenté dialogar con él en sueños (siempre son frases cortas que me despiertan) pero sí durante las hipoglucemias. Esas son escenas surrealistas empalmadas,una tras otra. Últimamente me dedico a transcribirlas para reírnos un rato cuando vuelve el azúcar.

Marc Roig Tió dijo...

Lo divertido de Joana es que sigue soñando despierta.