Joana está aprendiendo a jugar con Andrea; Andrea está aprendiendo a jugar con Joana. Andrea y Joana son amigas porque sus mamás creen que así debe ser. Andrea nació dos meses antes, así que es indiscutiblemente mayor. A Joana no le importa que Andrea sea mayor, siempre y cuando se reconozca que ella es mediana, no pequeña, y que es capaz de hacer cualquier cosa que haga Andrea. La mamá de Joana cree y dictamina que los juguetes son para compartir y que si Joana no comparte sus juguetes, no juega; Andrea es del mismo parecer. Joana, en cambio, opina lo contrario.
Muchas veces los juegos terminan en forcejeos y llantos. Por suerte, la mamá de Andrea de un don para inventar los entretenimientos más absurdos y divertidos: bailamos y saltamos sujetanto fuerte nuestros globos imaginarios, recortamos dibujos de un catálogo y los pegamos en hojas de papel o moldeamos con plastilina animales feroces de brillantes colores.
Hoy ha inventado uno nuevo: como no sabemos hacer rodar el aro -lo hemos intentado con la cadera, con la cabeza, con el pie- vamos a saltar: ¡Dentro! ¡Fuera!
- ¡Bien, chicas! Ahora, abrazaos y el aro os cogerá a las dos. Venga.
Y, como es natural, Andrea abraza a Andrea; Joana abraza a Joana.
2 comentarios:
Es normal que no se te ocurran juegos con plastilina o recortables; nunca destacaste en manualidades. Aun hoy tus vacas tienen 4 patas, una al lado de la otra, como un codigo de barras, jeje.
No quería que se acabase nunca esta historia.
Me abrazo.
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