- Mamá, ¿sabes el sol, y la luna y las estrellas?
- Sí, claro.
- ¿Sabes quién los hizo?
- Sorpréndeme.
- ¿Qué?
- No, digo dime.
- San José.
Y con este argumento de autoridad respondo yo a Eresfea, que me reprochaba -¿qué tendré yo que ver?- que Calderón no dedicara ninguno de sus autos sacramentales a san José.
1 comentario:
San José nos ha dejado sin palabras.
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