6/10/08
de excursión
El sábado nos fuimos a investigar. Con el coche llegamos hasta Beruete. Abandonamos el coche al lado de un abrevadero para el ganado y empezamos a caminar. Descubrimos vacas muy sosas, que nos miraban con atención, pero no contestaban a los saludos de Joana. Encontramos un montón de babosas negras y gelatinosas, que se contraían y ensanchaban cuando Joana las tanteaba con un palo. Recogimos y comimos muchas moras; Joana aprendió a acercarse a las zarzas y alcanzar algunas sin pincharse. Y volvimos al coche, felices y hartas. El único susto, y grande, se lo llevó Joana al coger el palo espanta-babosas por el extremo equivocado.
De camino a casa, nos perdimos un poco.
Otro día me gustaría llevarla a Jaizkibel, a por castañas.
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6 comentarios:
Pues date prisa porque con el viento sur de estos días, este fin de semana puede ser el mejor del otoño. Luego llueve y empiezan a estropearse, fermentan, les sale bicho,...
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Ayer bajé de mi paseo habitual por Jaizkibel. Un poquito de andar cuesta arriba, un poquito de correr, un poquito de gimnasia escondido tras unos arbustos (un día me confundirán con un violador de ovejas). Y cuando bajaba de vuelta a casa, por un túnel de castaños, me llené los bolsillos del pantalón con una docenica de castañas. Anoche tuve un rico postre.
Sergio, ¿cómo las preparas tú? ¿Al horno, en sartén? Yo las hice en la sartén. Y también quiero enterarme de esas triquiñuelas del oficio.
Las preparamos de dos formas.
Si estamos en la borda, hacemos unas brasas en la chimenea y las tiramos en una lata vieja. Es como mejor están.
Si vamos a casa (lo más habitual), las hacemos al fuego y en una sartén preparada para ello.
El fuego tiene que ser de gas, el eléctrico no vale sino para salir del paso, pero el de gas es el mejor.
La sartén, de chapa, la más cutre y barata, con unos agujeros al uso de los puestos de las castañeras.
Las sartenes de teflón tampoco sirven, además si las calientas como para hacer castañas se estropean y empieza a despegarse el teflón.
Así pues, fuego de gas y sartén de chapa. Si tienes hornillo para el monte mejor que el fuego eléctrico, si tienes una lata vieja de galletas, le haces unos agujeros con un punzón y tienes la mejor sartén.
Obviamente a las castañas hay que hacerles un pequeño corte si no quieres disfrutar de una noche de limpieza de techos en la cocina.
Como excentricidad aparte, nosotros solemos dejar que una o dos se tuesten al máximo para dejar olorcillo "a invierno" en la casa. Cosas de Nieves.
Me encanta el olorcillo a invierno de las castañas.
Nunca las he preparado y en Zizur no tengo a mano ni uno solo de los utensilios necesarios; en realidad, pensaba recoger castañas y aprovecharme del buen corazón de alguna amiga mejor dotada.
Hay en cualquier supermercado unas cajas metálicas de "surtido de galletas", que junto a un trapo al uso de asa son la mejor sartén para las castañas.
(Nosotros estuvimos usando una hasta que en una ferretería vimos una sartén para castañas y nos dio el punto)
En Galicia además de asadas también es muy frecuente que se coman cocidas (en la cacerola donde se van a cocer además de agua se echa una ramita de "fiuncho" -hinojo- que les dá un saborcillo muy particular).
Además, hay quien una vez cocidas las echa a remojo en un buen tazón de leche caliente y se las come así. Otra variante es echárselas al caldo gallego en lugar de las patatas.
Pero sin lugar a dudas como mejor están es acompañado de buenos amigos en un magosto, con una "luminaria" (hoguera) enorme y disfrutando del inigualable "cheiro" (olor) del humo mezclado con el de las castañas.Un gustazo!
Por cierto, seguro que a Joana le encantaría hacer un collar de castañas.
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