- ¡¿Has hecho el paté?!
- Sí.
- ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! -brincando y girando sobre sí misma- ¡Qué susto me he hecho*!
- Qué emoción tener una mamá tan fantástica que te prepara paté, ¿verdad?
- ¡Sí! ¿Lo has hecho con magia?
Aunque me encanta que crea que su madre es especial, no me parece justo alejarla tanto de la realidad.
- No, con magia no. Cocinando.
- Ah. Pero también eres un poco
magiquera porque puedes convertir el
sofá en una cama muy muy muy grande.
* Traduzco: ¡Qué alegría!, ¡qué emoción!
2 comentarios:
Mmmm, otra receta para intercambiar por otra excursión.
Y cuando sepa lo que haces con los autos sacramentales, te tendrá directamente por bruja.
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