13/11/08
Es de bien nacidos...
Hace cosa de un año, a Joana le regalaron una bicicleta de segunda mano, muy coqueta y muy rosa, pero mutilada: le habían quitado las dos rueditas. Aunque me he descubierto capaz de algunas cosas (cambiar bombillas, montar mobiliario de Ikea, matar ratones), reponer las ruedecitas que han sido extirpadas sin mucho miramiento a una bici de segunda mano estaba fuera de mi alcance. Por fortuna, el vecino tiene un taller de bicicletas justo debajo de mi casa. Este vecino se parece al abuelo de Heidi: es grande, barbudo, hosco y uraño. Aun así, me atreví a pedirle el favor. Creo que no dijo nada, pero metió la bici en su taller. A los dos días me llamó cuando iba a entrar en el portal:
- ¡Eh!
- ¿Eh? Ah, hola.
- Ya lo tienes.
Y ese fue el inicio de una gran amistad. No conmigo, por supuesto.
- ¿Has arreglado mi bici?
- ¿Eh?
- ¿La has arreglado? ¿Le has puesto las ruedas?
- Sí. Toma.
- ¡Oh! ¡Eres muy bueno conmigo!
(¡Cómo puede ser tan cuentista!)
- Grmpf.
- Muchas gracias. Te quiero mucho porque has arreglado mi bici.
Y no mentía. Ahora monta en bici como Coppi o Bartali*; las cuestas, cuestan, pero en las bajadas coge velocidad y mantiene el equilibrio con elegancia, a pesar de que la pobre bici ha quedado algo ruedicoja y se inclina a la derecha, y frena con precisión. Y siempre que -no exagero con lo de "siempre que"- ve a su amigo el reparador de bicicletas corre hacia él y para decirle:
- ¡Eh! Muchas gracias por arreglar mi bici.
* ¿A que parece que sé? De entre todos los ciclistas que conocí por el libro de Ander, estos dos se me hicieron especialmente simpáticos.
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5 comentarios:
Ese pago no tiene precio.
Huraño será.Que no puedo evitarlo...
Ni Coppi ni Bartali: en los años 20 hubo una mujer que compitió en varios Giros de Italia. Se llamaba, si mal no recuerdo, Alfonsina Strada.
Aquí está la fascinante historia de Alfonsina:
http://en.wikipedia.org/wiki/Alfonsina_Strada
Ojo, especialmente, al capítulo dedicado al Giro de 1924.
¿Así que sos muy ducha con eso de los muebles de Ikea? Sabé Armando y yo recordamos muy bien el pedido de socorro para armar uno, sobre el que te declaraste 'incapaz'. O tenés muy mala memoria, o vagancia y engaño, o nuevas aptitudes.
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