7/11/08

Microhistorias


La gente suele decirme (no sé si admirada o con compasión): con esta niña no tienes tiempo para aburrirte, ¿eh?
Y es que es muy cierto. Ni la villavesa* es aburrida si entras en el mundo fantástico de Joana.

- Mira, mamá: una torre.
Estamos en Pío XII, frente a un edificio alto sin un ápice de atractivo a mis ojos adultos. Además, es de noche, tengo que contorsionarme (no demasiado, pues vivo a ras de suelo) y esforzar la vista para descubrir la supuesta torre.
- ¿Eh? Ah, sí, claro. Una torre.
- Y arriba está una princesa, ¿a que sí?
- Bueno, no sé. Puede.
- Sí. Está ahí. ¡Eh! ¡Baja! No me hace caso.
(La princesa no, pero el resto de pasajeros, te aseguro que se ha enterado...)
- ¡Eh! ¡Baja de ahí! ¡Que ahí hay malos!
El semáforo cambia a verde. La villavesa arranca y la torre, su princesa y los villanos que la acosan se olvidan sin contemplaciones. Hasta el próximo semáforo.



* nombre que se da en Pamplona al autobús urbano.
** En la imagen, la ilustración de Arthur Rackham para los cuentos de los hermanos Grimm; para Rapunzel, en concreto.

3 comentarios:

ERT dijo...

No le falta razón a Joana. Princesas en la biblioteca y malos que queman coches.

Sergio dijo...

La crisis ha llegado a los cuentos. Torre, princesa y villanos, ya sólo trabajan a tiempo parcial, únicamente durante el semáforo en rojo.
Rapunzel también trabaja para H&S, desde que el príncipe se quejó de una fuerte nevada tras su última visita a la torre.

Ander Izagirre dijo...

"Villavesa: nombre que se da en Pamplona al autobús urbano". Yo matizaría: "nombre que dan los pamploneses al autobús urbano, ya sea en Pamplona o en cualquier otro rincón del orbe".

Nerea conoció en Seattle a una pamplonesa que llevaba varias décadas viviendo allí. Llegó un poco tarde a la cita y se excusó así: "Es que la villavesa pasaba llena...".