Al salir del colegio, Joana y yo nos cruzamos con dos adolescentes sentadas en la acera, fumando.
- Hola, Joana -por qué todo el colegio la conoce es un misterio que ahora no viene al caso.
- Hola, ¿qué hacéis?
Al unísono, ambas miran sus cigarrillos.
- Nada. Esperamos a nuestras madres.
Joana tuerce el gesto con compasión.
- ¿Os ha dejado olvidadas?
- No, no. Lo que ocurre es que aún no han llegado y las estamos esperandos.
Está claro que la respuesta no convence a Joana.
- Pues mi mamá está aquí. No me ha olvidado. -Se da cuenta de que las comparaciones son odiosas, así que intenta repararlo- Pero es que mi mamá es mejor que las vuestras.
Ellas asienten, divertidas, pero Joana sigue creyendo que esconden una tristeza aguda por el reciente abandono. Propone una solución: otro día, os compraré una mamá que se llame como mi mamá y sea como mi mamá.
PD: Y después de esto, que venga alguien a intentar convencerme de que no soy la mejor.
* La estupenda foto de Joana, la niña feliz, es de Sergio (que luego me denuncian por cuestiones de autoría y derechos y todo eso...)
4 comentarios:
¡Bravo!
No creo que nadie se atreva.
(Bonita foto, me suena esa hierba ... ¿puede ser Jaizkibel? Estamos preparando algo, ya hablaremos.)
Solucionado lo de la foto. ¡Se me come la curiosidad por saber qué preparáis!
No hacía falta lo de la foto pero bueno, ya que lo has hecho, llamaré a mi abogado para que retire la denuncia.
(¡¡Jooooseeeeee, que ya no hace faltaaaaa!!)
¿Qué preparamos? Bueno, te lo cuento.Es algo referente a visitar la casa del Olentzero, pero hay que esperar a que nieve. No le comentes nada porque si luego no sale...
Asier ya fue el año pasado y está deseando volver porque coincidió que había salido (qué casualidad).
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