4/3/09

El orden natural del emparejamiento


- Mamá, ¿sabes con quién quiero casarme yo?
- No, ¿con quién?
- Con Asier.
- Ah, me parece bien. Pero cuando seais mayores.
- Sííí. Cuando Asier sea mayor quiero que me espere a que yo sea mayor para que se case conmigo.
- Ajá...
- Porque, ¿sabes?, es un príncipe, y los príncipes no buscan.
- ¿Qué?
- Los príncipes no buscan a las princesas. Son las princesas las que buscan a los príncipes.
- Ah. No lo sabía. ¿Y por qué?
- Porque si un príncipe buscara a una princesa, pues chocaría con una princesa.
- Ah, ¿por qué?
- Pues porque los príncipes sólo miran hacia adelante pero las princesas van vigilando.
- Ah, visto así...

6 comentarios:

Sergio dijo...

Busca castillo; yo pongo el dragón.

pau dijo...

Qué agudeza! qué bello! qué capacidad de observación...

Marc Roig Tió dijo...

Llego a la conclusión de que no soy un príncipe pues todavía no me ha encontrado ninguna princesa. Tendré que empezar a buscar yo mismo.

Anónimo dijo...

Hombre, hay princesas y princesas. Y además está Joana.

mòmo dijo...

Ah, no, Sergio. El dragón ya lo tengo: es de peluche, naranja y simpaticote. El castillo es cosa del príncipe.
Marc, ya sabes que es una empresa peligrosa. Joana no tiene mucha fe en los príncipes emprendedores.

Noelia A dijo...

Ah, mira, nunca anduve vigilando, jaja