25/3/09

Explicaciones


Respondiendo a los comentarios que suscitaron las fotos de ayer: no sé de dónde le viene la afición monjil; sólo soy testigo de los hechos. Y sí, Marta, achuchable y achuchadora hasta el empalago. Cuando ve una monja por la calle, primero se asegura:

- Mamá, ¿es una moncha*?
- Sí, Joana, lo es.

Entonces sale disparada y la atrapa en un abrazo por sorpresa. Primero suelen pegar un bote, por la falta de costumbre, imagino; pero después descubren a Joana e inician conversaciones surrealistas. Con las monjas del Pilar, por ejemplo, (lo sé porque me acerqué después de sacar las fotos) hablaron del futuro profesional de Joana.
A la abuela los ojos le hacen chiribitas como un dibujo japonés pensando en la vocación de la nieta. Pero no. Joana tiene un maletín de médico, un disfraz de médico y quiere ser médico para curarme cuando me enferme, que es una razón muy noble para estudiar medicina. Lo que ahora se plantea es la especialidad: no sabe si será médico-pintadora o médico de monjas.




* En realidad, ella lo pronuncia en catalán, siempre.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pa'comérsela

J. dijo...

¡¡¡¡Médico- pintadora, médico-pintadora!!!!

Sergio dijo...

La niña del dibujo fue criada en un hogar de acogida dirigido por monjas.
(Y sí, soy consciente de que no debería saberlo pero los domingos por la tarde no había otra cosa en la tele)

mòmo dijo...

Candy Candy. ¡Ay, cómo me gustaba! Al final resultará que he tenido una infancia tan tierna y empalagosa como Joana...
Creo que el dibujo que pintasteis juntos la marcó, J.