15/6/09

cosas del tiempo


No volveré a quejarme del clima de Pamplona. En Pamplona, como cualquiera sabe, el clima es caprichoso; pero a un tiempo caprichoso le puedes adivinar el humor, más o menos. En wroclaw el clima es un loco inconstante con ganas de broma, que es mucho peor. Uno decide, por ejemplo, ir de excursión al santuario de Jasna Góra, a visitar a la Virgen negra de Częstochowa. Bien. El día amanece nublado, de acuerdo con las predicciones, pero la lluvia espera pacientemente a que salgas de casa para empezar a caer suavemente, sólo como advertencia a lo que te espera.
Compras los billetes, encuentras el andén correcto, subes al tren, buscas un compartimento, te sientas, el tren se pone en marcha.

A los cinco minutos, el sol te ciega y adormece. Parece que las predicciones han fallado y que tendrás buen día. Tres horas de sol en la cara empiezan a marearte, pero te aferras a la promesa de un día luminoso. Llegas a Częstochowa y dejas el tren. En la estación, aprovechas para asegurar la hora de regreso, mientras la salita se va llenando de gente. Parece que nadie se decide a salir de la estación. ¿Por qué? Te asomas: lluvia torrencial. Pero sales, porque al fin has venido a lo que has venido y ya no hay vuelta atrás. Y caminas dos quilómetros bajo la lluvia y llegas al santuario y visitas a la Virgen y sufres con paciente estoicismo el agua, el frío, incluso el granizo. Y regresas al tren, porque poco más se puede hacer en Jasna Góra. Y el tren se pone en marcha.

A los cinco minutos, el sol se destapa y empieza a reirse de ti.

4 comentarios:

Ale's mom dijo...

Tus visitas a la Virgen están marcadas por la lluvia... ¿te acuerdas de Lourdes, que quedamos empapados?

Ivana Millán dijo...

Me encantó la descripción tan poética. Da ganas de correr a ver Pamplona :)
Saludos!

El del sur dijo...

CHISTE:
PREGUNTA: ¿que hace un navarro con una rebeca al hombro paseando por una playa?
RESPUESTA: ... por si acaso...
Ya se que es muy malo, pero..., es lo que hay.

Marta dijo...

Bueno, tú estás en Polonia que no está muy lejos de Lituania. Yo pasé allí un verano trabajando y creo que el tiempo cambiaba ¡diez o doce veces al día! Así que lo que nos cuentas esta vez me resulta en cierta manera familiar. Decidí lo mismo: no volver a quejarme del tiempo en Pamplona (entonces aún vivía allí), ni siquiera del de Bilbao o el del norte en general. Pero fue regresar, pasar un par de meses y volver a refunfuñar como antes de salir de viaje ¡jaja!