El martes permití a Joana faltar al colegio porque la ocasión lo merecía: Marc se desviaba de
su ruta para visitarnos en Wroclaw. Fuimos a la estación de tren a recogerlo a él y a Cipri, y les mostramos las maravillas de la ciudad: la lluvia,
el río, alimentado por la lluvia,
el mercado un día de lluvia,
la catedral, bajo un cielo gris que amenaza lluvia,
el enanito lector, que se proteje de la lluvia bajo el porche de Ossolineum.
7 comentarios:
Mònica ya veo que cuando te pinchan explotas... pero bien por las fotos pues observo que con una semana del inter-rail todavia son de "buen ver".. ¿Te dieron mucho trabajo?
La mare
¡Vaya!
O sea que habéis disfrutado de una visita pasada por agua...
La lluvia es Wroclaw es una maravilla.
Por favor, mamá, soy mundialmente conocida por mi paciencia infinita... Joana y yo hicimos lo posible para que al salir de aquí siguieran "de buen ver".
Un poco mojada, sí, Enric, pero nos quejamos poco.
Sí, my fair Sergio, sí.
El sol de Dinamarca también es una maravilla, ¿eh? Pero aquí no nos invitan a chocolate caliente :-(
A Marc NO se le cae la baba con Joana. Pero NADADENADA ¿eh? ¡jajaja!
Se le cae, Marta; a mares. Pero durante un día, al siguiente pelean para ver quién es más testarudo.
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