Ahora que se acerca san José, día del padre, y con la complicidad de sus abuelos, Joana ha determinado que no soy apta para encontrar un padre para ella y ha decidido tomar cartas en el asunto. Hermenegildo sigue siendo, según Joana, un candidato estupendo. Ayer empezó a planear una estrategia:
- Mira, abuelo. Pon la mano así. Ahora yo te llamo por teléfono. Tú eres Hermenegildo.
- Vale.
- Hola.
- Hola.
- Mira, Hermenegildo, es que he pensado que tú podrías ser mi papá. Dime, ¿tienes ya muchas hijas?
No puedo oír la respuesta del abuelo en su papel de Hermenegildo, porque la carcajada general ahoga las voces.
- Muy bien, abuelo. Ya hemos colgado. Ahora que ya tengo papá, habrá que buscar hermanos...
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