23/3/10
Un paso más
Joana y yo hemos establecido un horario estricto para permitir -o no- la lectura en voz alta antes de que ella se acueste: si pasan de las nueve, no hay cuento. No se trata ni de un premio, ni de un castigo. Es un trato. A veces ella se entretiene; otras la entretengo yo sin querer. Pero normalmente poco antes de las nueve está en cama y podemos leer un rato juntas.
Ayer eran ya las nueve y cuarto.
- Mamá, ¿hay tiempo?
- Míralo tú. ¿Qué te dice el reloj?
- Que no hay tiempo.
Tuerce el gesto con aire tragicómico.
- Buenas noches.
- Espera. ¿Me das un cuento?
- ¿Para mirarlo tú un rato?
- Sí.
Le doy Un puñado de besos, y uno más, y salgo del cuarto.
Poco rato después paso de nuevo frente a su puerta, cargada de ropa, y algo llama mi atención. Me detengo a escuchar:
- Ca-ti-tie-ne-muc... much-os... Cati tiene muchos a-mi-gos...
¡Está leyendo! Me quedo un rato ahí. Quieta. Disfrutando.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
¡Rápido! ¡Dale ahora tu tesis y será lo mejor que haya leído nunca!
(¡Muchas enhorabuenas!).
Seguro que recordarás esta fecha.
Enhorabuena!!! Qué momento fantástico! Perdona que también me haya emocionado. Besos.
Uau!! Se la veu súper gran en aquesta foto!!
m´ijita la letora!
mae
Espero, más pronto que tarde, poder experimentar lo mismo. Tiene que ser una delicia.
Publicar un comentario