20/2/11

Al asalto de don Carlos


- ¡Don Carlos! Tengo un problema.

Don Carlos es el sacerdote del colegio, el que de vez en cuando va a su clase y les cuenta historias de Jesús o de la Biblia. De vez en cuando nos lo cruzamos a la salida del cole y, últimemente, Joana ha tomado la costumbre de abordarlo con preguntas... difíciles. Sí, sí. Casi seguro que yo he sido la incitadora cuando alguna vez he respondido a sus preguntas con un "mira, Joana, eso es mejor que se lo preguntes al sacerdote". Son los problemas de una relación sincera: escurrir el bulto se escucha como una propuesta.

Don Carlos ya ha tenido que enfrentarse a los dilemas teológicos de Joana dos o tres veces esta semana. Se gira para saludarnos, pero en su sonrisa me ha parecido ver un leve temblor.

- Dime, Joana.
- Don Carlos, es que, mira, es que tengo un problema.
- Sí, dime.
- Es que no entiendo que, mira, no entiendo que hay mucha gente, y muchas personas, pero al principio solo había dos, ¿no? Y resulta que Dios es muy bueno y siempre nos perdona, ¿no? Pero a ellos dos los echó de casa. No lo entiendo.

La conversación termina aquí. Esta vez, don Carlos escurrió el bulto y le dijo que se lo explicaría cuando fuera mayor. Paciencia.

* La camiseta -tan acertada- fue cosa de los reyes majos, que conocen muy bien a Joana.

1 comentario:

Marc Roig Tió dijo...

Y encima, dentro de poco, hará las mismas preguntas en inglés. ¡Qué verano nos espera!