Después de celebrar su cumpleaños, abandonamos Piura porque había más gente a la que visitar. Nos íbamos a la hermosa ciudad de Trujillo. De madrugada, Sergio y Chiky nos recogieron en la parada de bus y nos llevaron a su casa, a descansar un poco. No demasiado porque teníamos poco tiempo y muchos planes. Uno de los primeros fue visitar el museo del juguete.
Yo tengo clarísimo con qué muñeca me quedo.
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