Otro plan recomendable en Trujillo: visitar las huacas de Moche.
Visitamos la huaca de la luna, que se está trabajando desde hace algunos años. Esta excursión es una de las que más recuerda Joana. Le encantó, sobre todo, el mural de la araña o demonio que adorna varias de las paredes de la huaca.
Tanto así, que quiso reproducirlo en un mural al final de la visita.
Le compramos una postal con la imagen de la araña, que se llevó orgullosa al colegio para explicar a todos sus amigos qué había visto en Perú. No sé cómo sería su versión, pero días después de nuestro regreso varios de sus compañeros me habían preguntado con unos ojos como platos si era cierto que Joana había estado en la guacalaluna.
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