23/1/08

Día de muelas


A veces, el cansancio, las preocupaciones o el dolor de muelas afilan mi (mal) carácter -ya de por sí impaciente y quisquilloso-; a veces Joana se lleva una regañina casi inmerecida, desproporcionada. Entonces me acuerdo de mi madre y de sus silencios malhumorados, y me da por pensar que tal vez también ella tuviese más preocupaciones que la de desvivirse por nosotros. Además, me voy descubriendo (reconociendo, más bien) otros defectos, como la terquedad. Es muy difícil, se necesita mucha testarudez para resistir la mirada acuosa de Joana y su "mamá, ya estoy contenta", "mamá, hoy no haré enfadar a la profesora", "mamá, ¿ya no estás enfadada?".

La ventaja es que con una madre así probablemente crecerá aprendiendo a disculpar los defectos del prójimo.

2 comentarios:

Marc Roig Tió dijo...

¿También te dice lo de "mírame a los ojossszzzzzzzz"?

Bloody Marie dijo...

Sí, sí, crecemos. Y yo también descubro que cada día me parezco más a mamá. Ya se sabe, de tal palo tal astilla.