Hoy, creo, Joana ha tenido un sueño maravilloso. No sé en qué consistirán los sueños maravillosos de otras niñas; el de Joana algo tenía que ver con columpios y con uvas. También creo que yo no aparecía en su sueño, pero no me apena porque lo primero que ha hecho ha sido compartirlo conmigo. Nadie ha despertado a nadie. Hoy, sincronizadas. Ya tenía mi luz encendida y apartaba las mantas cuando ha entrado corriendo en mi habitación.
- ¡Mamá, mamá! ¡Despiértate!
- Ya estoy despierta. ¿Qué ocurre?
- ¡Ven, ven! ¡Los columpios tienen uvas!
- ¿Uvas?
- ¡Uvas! ¡Y se pueden comer! ¡Los columpios tienen uvas!
PD: Gracias al talento razonador de mi hermana, ya me llama mamá. A veces. Otras ella es caperucita roja y a mí me toca ser la abuelita. Alguna vez, incluso soy el globo.
* La ilustración es de Elsa Beskow, una artista de la ilustración infantil.
4 comentarios:
Deberiamos aprender de Joana.
No deberíamos complicarnos ranto la vida.
Unos columpios con uvas, es suficiente para ser feliz.
Gurb.
De nada... Faltaría más! Lo mejor de todo es que ella comprendió mi razonamiento. Así que el mérito es suyo.
Parece que Joana está entrando en el maravilloso mundo de los sueños.
La ilustración, preciosa. Yo me pido este libro suyo que nos falta: El huevo del sol.
Las uvas son un ramo de globos en el columpio. Mamá lo llena todo.
Perdón por mi ausencia... Jo, Mònica, qué bien escribes. ¡Y es tan agradable leer esos pequeños detalles que pasan de la realidad a ti y de ti a nosotros!
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