8/4/08

camas esquizofrénicas


La he oído antes de ver asomada su nariz por la rendija; antes de que intente abrir la puerta; antes incluso de que se levante de la cama. Está a la defensiva. Sabe que levantarse ahora es un movimiento arriesgado, así que decide tomar la delantera:

- Es que quiero preguntarte una cosa.
- Es hora de dormir.
- Pero, es que, es que, es que, es que quiero preguntarte una cosa.
- Vuelve a la cama y dime.
- ¿Me dejas ir a tu cama?
- No.
- ¿Por qué nooo?
- Porque tú tienes una cama muy bonita que es para ti.
- Pero a mí no me gustan las camas que parecen un huevo.
- ¿Tu cama es un huevo?
- Parece un huevo.
- No, no parece un huevo. Parece una cama.
- No. Parece un huevo y no me gusta.
- A dormir.

Lo sé. Me doy cuenta. A veces me faltan respuestas.

* Parece que sí existe una cama huevo, aunque no se parece en nada a la de Joana.

1 comentario:

J. dijo...

Dile a Joana que sí, que tiene razón. Que no sólo parece un huevo su cama, sino que es un huevo. Un huevo de avestruz. Repítele lo de avestruz.

Lo que pase después ya no es responsabilidad mía.