25/4/08

sueño


Costó mucho que se durmiera. Palabras suaves y palabras firmes. Algún grito. Fruncimiento de cejas. Cachete. Pero se durmió, y cuando entré a apagar la luz -que sabía que habría vuelto a encender- la encontré así, hermosa, con lo ojos cerrados y la boca entreabierta, lanzando suspiros al techo, los puños sin fuerza sobre la almohada y, en uno de ellos que el sueño había empezado a abrir, una de sus letras magnéticas: la j. Tuve que besarla.

* La de la imagen es la princesa Blandina, del libro Princesas olvidadas o desconocidas, de Rébecca Dautremer.

3 comentarios:

J. dijo...

Eso eso. La j.

Qué cielo entreabierto, Joana.

Andanhos dijo...

¿Estás segura de que no es tu hermana en el dibujo?

ERT dijo...

Antológico.