2/4/08

un pavo real



Zapeando, zapeando, ayer me topé con el casting de Operación Triunfo. No aguanté mucho, pero pude oír algunas frases afiladas (por dañinas, no por ingeniosas). Quien las soltaba era un pavón extravagante que se escondía detrás de unas gafas oscuras. Le escuché decir, por ejemplo, a un soñador imberbe No me pagan lo suficiente para aguantarte, o a una adolescente tímida que vestía como una adolescente tímida y cantaba boleros: Das grima; pareces una vieja encerrada en un cuerpo joven. Y por cierto, nunca vuelvas a aparecer en un casting con esa chaqueta. Es un consejo de amigo.
Claro que yo venía inmunizada ante tanta estupidez, porque esa misma tarde había leído las historias mínimas de La cajera, de Paco Sánchez, y de Josetxo Mayor, de Ander. Doy gracias a Dios porque existe gente que aguanta mucho sin que le paguen nada, capaz de hacer y desear el bien porqué sí. Y porque existe también quien nos trae sus ejemplos.

* En la imagen, una de las Empresas espirituales de Juan Francisco de Villava

2 comentarios:

Marc Roig Tió dijo...

Queda demostrado que muchos no pasan del título y confunden los términos. Seguro que el "pavo" de los triunfitos conoce "El dardo en la palabra", pero confunde su significado.

Silvia Parque dijo...

Una parte de mi trabajo es corregir el trabajo de otros, lo cual incluye, entre otras cosas, señalar erroes. Soy puntual, me han dicho que incisiva, y sé que muchas veces, "poco sensible". Pido a Dios la capacidad de estar haciendo el bien, y siempre trabajo con amor. Esta entrada me recuerda que debo estar al cuidado de mis palabras, al cuidado de su efecto en el otro.