26/7/08

A vueltas con el cambio climático


Creo que me he hecho mayor. No lo digo con tristeza, simplemente me ha sorprendido. Me he dado cuenta al llevar a Joana a un espectáculo de títeres, o más bien a un espectáculo de amplio abanico en el que una de las funciones las protagonizaban los títeres.
No es que sea una experta, pero sí recuerdo haber visto títeres alguna que otra vez. Había un personaje narrador de la historia y listo, que tenía un amigo de pocas luces (o princesa a la que salvar) y un malo (o dragón, o lobo) que se escondía y nosotros debíamos ayudar al narrador valiente gritando hacía dónde se había ido. Invariablemente, el malo acababa molido a palos. Era sencillo y divertido.
Ayer, ante un público de niños entre 0 y 8 años (el grueso lo formaba la fracción de 2 a 5), el proagonista era un esquimal alegre, que había venido a visitar el pueblo y la playa de Sant Pol de Mar y que contaba con tristeza que el cambio climático estaba terminando con su querido Polo Norte. A él se unía un oso polar, que confirmaba el fatídico pronóstico, añadiendo que ¡ahora debía nadar por donde andes caminaba! El esquimal, compadecido, le preguntaba pero ¿qué hará entonces un animal como tú, que necesita para sobrevivir un hábitat tan peculiar? Apareció también un pingüino, imagino que a seguir confirmando negros augurios. Me entretuve observando a un par de hormigas sobre una hoja y no lo oí.
Los títeres desaparecieron, pero el conductor del espectáculo, consciente de su moderno docere et delectare, se apresuró a asegurar a los infantes que por desgracia, esta es una historia de mucha actualidad, cuya resolución va a repercutir en cada uno de vosotros. Sí. En todos. Para no perder ocasión con un público tan bien dispuesto, incluso los introdujo en el arte de la metáfora: pero pensad que si todos ponemos un grano de arena lograremos formar una playa enorme, mayor que la de Sant Pol.

Joana se lo pasó en grande, y con ella el resto de niños, con los chorros de agua y los cañonazos de espuma que les lanzaban desde el escenario, pero me pregunto qué idea se habrá llevado de los diálogos, ¿que hay que contruir una playa de cálida arena para que vivan todos los osos polares?

*La imagen es de Ramón Casas.

3 comentarios:

ramiro dijo...

yo también soy como ese oso, bipolar.

Ander Izagirre dijo...

Lástima, el oso es unipolar: sólo vive en el norte. Y los pingüinos sólo viven en el sur. No han visto un esquimal en su vida. Qué jaleo el titiritero, qué caos de bichos y metáforas. ¿Joana no hizo comentarios?

mòmo dijo...

Estaba demasaido entretenida cubriéndose de espuma y observando como sus pies se teñían de naranja.