9/8/08

Contra lo anterior: generosidad


Para contrarrestar un poco mi enfado anterior traigo a colación a otro tipo de personas: aquellos que ceden voluntariamente su tiempo. Esta última semana la ha pasado mi abuelo en el hospital, tres días -con sus noches- despierto, los dos siguientes, durmiendo, después, recuperándose poco a poco cuando nadie lo esperaba. En sus largas noches insomnes, balbuceaba incoherencias, él, meticuloso, preciso, de prodigiosa memoria y lucidez; como un don Quijote eufórico, movía sus largos y delgados brazos apartando fantasmas, manoteando el aire. Mi madre, mi tío, mi hermano, se han sucedido para velar su insomnio, días y noches de continua batalla intentando entender, hablar, calmar.
Del hospital al trabajo al hospital a casa al hospital. Admiro a mi madre porque sólo ella es capaz no sólo de mantener este ritmo con buen humor, sino de empujar a los demás a hacer lo mismo, a seguirla intentando ayudar. Ella, que cuando su vida discurre con normalidad vive presa del tiempo, parece crecerse en las adversidades y encuentra minutos para todo y para todos: para descubrir una semilla de fe en un hermano, para proponer a un sobrino la búsqueda de la verdad, para pedir a sus hijos que siempre cuiden con mimo su amor a Dios. Para hacer un pastel.
Aprovecho el blog, otra vez, para pedir oraciones: por mi abuelo, por mi madre.

3 comentarios:

Andanhos dijo...

Por tu abuelo, por tu madre... y para que más gente consiga encontrar esos minutos y las ganas de dedicar su tiempo a cosas importantes o sencillas que ayuden a los demás.
¡Que Dios bendiga a tu familia!
Un beso.

Anónimo dijo...

Desde Madrid se reza mucho por todos!!!
Mòmo: fuimos al Museo del Prado y quería comprarte algo, pero me enteré que las postales costaban 1€, y decidí no preguntar más.

mòmo dijo...

¡Qué emoción! Mi hermano pequeño está hecho todo un catalán...