Soy ciego para los higos. Y para el dulce en general. Así que los higos confitados... uf, af, estoy salivando jugos gástricos como para disolver la catedral de Burgos.
Lo que no ha contado Mòmo es que los botes de cristal eran reutilizados. Lo mejor era comer higos confitados de uno que rezaba: "queso feta" (nunca conseguimos despegar la pegatina, jeje).
7 comentarios:
Ñam
¿Sería mucho pedir la receta? Nosotros intentamos hacerlo un día y escribimos una de las páginas más negras y pegajosas de nuestra cocina casera.
Me apunto al paso 4: ñam, ñam, ñam.
Soy ciego para los higos. Y para el dulce en general. Así que los higos confitados... uf, af, estoy salivando jugos gástricos como para disolver la catedral de Burgos.
Ummmm!!!!
Uno de esos botes se esconde en un cajón de la biblioteca. Gran remedio para los bajones de azúcar. Gracias!!
Mòmo, con tu permiso, comentaré para tus lectores una anécdota coya protagonista bien podría haber sido Joana...
(En casa de la abuela, hace bastantes años)
AC: Mòmo, quieres un higo?
Mòmo: Sí, me encantan.
AC: (Con un tarro de higos confitados) Tómalo.
Mòmo: De esos no! Están podridos!
Lo que no ha contado Mòmo es que los botes de cristal eran reutilizados. Lo mejor era comer higos confitados de uno que rezaba: "queso feta" (nunca conseguimos despegar la pegatina, jeje).
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