18/9/08

A favor de la hipérbole


Como me crié entre exageraciones del tipo ¡Te llevaré a la casa de las brujas como no te termines la cena!, o, en momentos de extrema crispación, ¡He dicho basta, o recibirás un bofetón que te catapultará hasta la pared de enfrente!, todas ellas muy denigradas y consideradas poco pedagógicas por las preclaras mentes modernas, no veo nada raro en sentenciar:
- Joana, el próximo día que me acompañes a comprar, ¿sabes qué haremos? Cogeré una cuerda, pondré tu mano aquí, en la espalda, esta otra también, y las ataré.
- ¿Las atarás?
- Sí, te traeré atada.
- pero mamá, no puedes: ¡parecerías Grafio, y Garfio es muy malo!

Poco pedagógico, un cuerno. Nadie argumenta como Joana ante mis salidas de tono.

3 comentarios:

Sergio dijo...

Y... PUM, cañonazo en toda la línea de flotación. El capitán Garfio vuelve a hundirse ante las artes de campanilla.

Ander Izagirre dijo...

Mi amiga I., madre de una niña de 15 meses y embarazada, ha descubierto tu blog (vuestro blog, perdón) y está fascinada. Dice que es como leer Mafalda.

ramiro dijo...

¿Joana ha leído a Hannah Arendt?