7/10/08

¿parecen monos?


Ayer por la noche estuve de caza. Y, contra lo acostumbrado, uso el singular porque Joana dormía a pierna suelta. Todo empezó con un repetitivo rasgueo que no me dejaba seguir los descubrimientos científicos de los CSI, seguido de un esporádico goteo. Porque a goteo sonaba. Ruidos misteriosos que callaron en cuanto me hube levantado del sofá. Aún no había tenido tiempo de sentarme otra vez cuando un Speedy González pequeño, peludo y más vivo y real de lo que yo quisiera salió disparado de detrás de una librería y se escondió en la pequeña entrada. Me tragué muchas palabrotas que se agolpaban bajo la lengua, pero no perdí los nervios. Los métodos tradicionales siempre han funcionado: cerré todas las puertas, fui a por la escoba. Jugamos un rato al gato y al ratón (yo era el gato). Lo sacaba con la escoba de debajo del zapatero y se escondía debajo del mueble de la entrada; lo movía y volvía a correr hasta la sombra del zapatero. Mi intención era asesparle un escobazo en medio del cráneo, pero me faltaban brazos y velocidad. Lo perdí.

Este era un buen momento para el pánico: no sabía donde estaba pero oía sus ruiditos ya nada misteriosos. Le saqué un pedacito de queso y esperé, medio en penumbra, con la escoba cargada. No apareció. El sueño podía más que el pánico: rocié el queso con matainsectos, esperando, cuando menos, provocarle una terrible gastrointeritis. Me dormí.

A las dos de la mañana un ruido no identificado me despertó. Escoba en ristre, me acerqué con sigilo. El queso seguía intacto. Ni rastro del intruso. A punto de bajar la guardia, lo vi: pequeño, indefenso, tembloroso; acorralado, sentenciado, muerto. No erré el tiro.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡Plas, plas, plas!! Mòmo, cazadora de sagutxus.
Habría estado bien escucharle a Joana una crónica de la persecución. Ooops, y ejecución :)

ERT dijo...

Hay unas trampas para cazarlos vivos, como a Gus-Gus en Cenicienta.

Anónimo dijo...

perdoonn!!! eso del queso funciona, en serio o hay demasiada fantasía en esa cabeza?? Qué feliz que soy al haber leído el relato entero...se nos quedó interrumpido en la comida por el horror de los comensales...salud!
mae

Ale's mom dijo...

Mataste un ratón. Ahora sí que eres mi ídolo.

Anónimo dijo...

Ahora te toca buscar de donde salio, porque suelen ser unos animalitos muy familiares. La pista más clara son las caquitas que dejan. Suerte.
A mi que me encantan todo tipo de bichejos, y no me da miedo ni tocarlos ni na de na, no puedo soportar ver un sagutxo, ratón o rata directamente. Les tengo tanto asco...