Ahora que Joana ha descubierto que la policía está para bien...
- Mamá, si veo a los malos que pusieron una bomba en tu ubibisitap*, les daré una patada.
- Bueno, se la merecen, pero mejor avisamos a la policía y que los metan en la cárcel**.
- Pero, ¿la policía es buena?
- Este, bueno, sí. A veces pone multas, pero en general es buena.
- Ah, vale, entonces me pondré mi disfraz de policía y los cogeré y llamaré a los otros policías para que se lleven a los malos a la procesión***.
Decía, pues, que ahora que ha descubierto que la policía está para bien, no ve razón para que no actúe contra todos los malos:
- Venga, Joana, mientras yo friego los platos, cuéntame alguna historia.
- ¿Sabes que un día yo entré dentro de la película de Hansel y Gretel?
- ¿En serio?
- Sí.
- Y fui a buscar a la bruja con los policías y la cogí y la llevé a la cárcel**** y la encerré.
- ¿Y qué pasó con Hansel y Gretel?
- Oh, los ayudé a salir volando.
- ¿Volabas?
- Sí, era un pájaro. Y ya está. Esta historia se ha acabado
* La Universidad de Navarra, que no es mía, pero ya se sabe: amor de hija.
** En catalán, cárcel es 'presó'.
*** 'Processó'. Bastante similar a 'presó', ¿no? Se disculpa la confusión.
**** Esta vez lo ha dicho en castellano; así no se confunde.
5 comentarios:
"- Pero, ¿la policía es buena?
- Este, bueno, sí. A veces pone multas, pero en general es buena."
Hasta que algún día caigas en la tentación de amenazarle con que viene la policía si no come, se lava los dientes o lo que sea, y ¡Chás! se acabó la bondad.
Imaginativa la chiquilla, que siga creyendo que la policia es buena
Que se echen a temblar los malos de las bombas y todas las brujas paidófagas (o puerívoras?): ¡Joana va por ellos, y con la ayuda nada menos que del Urbano Ramón!
(No me digas que tú también eres o eras lectora de los cuentos de Ferrándiz!)
Manuelinski, yo era adicta a esos cuentos: Mariuca la castañera, el doctor Azo, el urbano Ramón...
... y Mix y su cascabel, y la Ardilla hacendosa, y Currito el cantaor, y Nora la locutora...
Caray, si es que ya no hacen cuentos como los de antes (a riesgo de sonar como abuelete).
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