Últimamente estoy muy belicosa contra el actual sistema educativo. Pero esto no es pan para este blog; sólo un apunte: dejemos que aprendan a su ritmo.
Por ejemplo, ¿quién dice que el sistema digestivo debe estudiarse en -ni idea- de primaria? Manel, que mastica las palabras, confunde fonemas, no recuerda los nombres de sus compañeros y se está ganando a pulso la etiqueta de bruto, observa y saca conclusiones:
- Mamá, la comida entra por este agujero...
Abre la boca tanto como puede y se señala la cavidad con énfasis dactilar.
- Luego, - ahora, su dedo mullido se desliza por el cuello, siguiendo sin saberlo el recorrido del esófago- baja por aquí; cuando llega aquí -el dedo se ha detenido a la altura del estómago y empieza un remolino frenético- ¡da vueltas y vueltas y vueltas!
Como no continúa, pregunto: ¿Y después qué ocurre?
- Nada. Los monstruos que hay aquí se lo comen.
Casi.
3 comentarios:
Ja ja que gracia el cómo explica Manel. ¿Pero el aparato digestivo no se aprendía a partir de 2º ó 3º de primaria?
tengo una duda existencial, ¿Manel se comió toda la torta?
Sin pestañear, Elena.
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