13/5/09
Diario de a bordo
Después de una semana en Wroclaw, nos hemos topado con el primer escollo: la alimentación. No es complicado adquirir víveres -fruta, principalmente- en cualquier establecimiento o en el mercado, aunque tenga que pedir a pares (porque sólo sé decir en polaco "dos" y "cuatro"). El problema está en la morriña de las suculentas comidas caseras... Los primeros cuatro días, ningún problema: Marek nos llevó a comer a algún lado o nos alimentó su madre. Bien. Al empezar la semana el problema se redujo: Joana come en el colegio; no me preocupo, sé que está bien alimentada. Pero el lunes, entre buscar la biblioteca, hacerme entender, cambiar de biblioteca, hacerme enternder de nuevo y recoger las cosas para ir a por Joana -en la otra punta de la ciudad, se mire como se mire- no pensé en la comida. Pero mi estómago sí. Mi plan inicial fue: la recojo, nos vamos a casa, preparo algo rápido y como. Primer problema: el tráfico es infernal, así que a mitad del segundo paso de mi plan llamé a Marek por si su madre me podía alimentar un poquito. Ayer, martes, quedé con dos profesoras y me llevaron a comer a un vegetariano, donde me explicaron la carta y pude pedir sin tropiezos.
Hoy he ido sola a comer. Creo que la mejor forma de probar cosas nuevas es pedirlas, aunque no sepas de qué se trata. Así pues, he pedido lo más raro y barato (ni lo más raro ni lo más barato: una suma de ambos) que he visto en la carta. Me han servido una fuente enoooorme de patatas fritas o algo parecido con col también frita. Ya sé qué no pedir la próxima vez. Mañana será otro día. Seguimos navegando.
Fotos, en cuanto me alimente bien.
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5 comentarios:
Así superé yo mi asco al Kebab. Fue un establecimiento de comida rápida del centro de Atenas y mi dedo señaló el nombre de algo baratito que aparecía en la carta.
Ahora soy un fan de esta comida pero reconozco que el grueso de carne dando vueltas mientras el camarero-cocinero a todo sudar lo prepara, me sigue dando un poco de repelús.
Yo buscaría primero una panadería; con un buen pan ya tienes la mitad del bocadillo hecho. Sólo te falta el relleno y un cuchillo. Con esto último no tendrás problema, son legendarios los sables de la caballería polaca. Ya puestos prueba la carne de caballo.
Para pedir las cantidades por unidades siempre tienes la solución de indicarlo con los dedos. Pero ten cuidado, nunca se sabe cual es el equivalente a nuestro dedo corazón en los países del norte de europa.
¡Valiente! Sigue experimentando con los menús (y escríbenos los nombres de los platos, tienen que sonar muy... muy).
¿De dónde viene esto de llamar polacos a los catalanes? Es un poco despectivo, ¿no? ¿Y por qué? ¿Sabes algo?
Pobre... debes pronto aprender a decir: vegetales de la huerta, aceite de oliva extravirgen, queso fresco, salchicas "de verdad". jaja.
Sobre el tema de por qué os llaman "polacos" he encontrado esto:
TEORIA 1
La palabra ‘polacos’ aplicada a los naturales de Cataluña es, efectivamente, sumamente despectiva. La mayoría de la gente cree que se trata simplemente de aludir al hecho de que en Cataluña se habla una lengua diferente de la que es oficial en toda España. Sin embargo, parece ser que el origen de esta expresión se remonta a un hecho concreto.
El uso de este adjetivo surgió a partir de la guerra civil española en los ambientes castrenses. Hacia los años 70 se popularizó entre la población y en los años 90 ha estado tristemente de actualidad. Según una de las explicaciones más verosímiles su origen estaría (al parecer) en el paralelismo entre dos hechos históricos casi simultáneos: la ocupación de Cataluña por las tropas franquistas a principios de 1939 (durante la guerra civil española) y la invasión de Polonia por los nazis en septiembre de 1939. Si esta explicación es cierta, quien conozca la actuación de los nazis en Polonia durante la II guerra mundial podrá comprender fácilmente el profundo sentido despectivo que encierra la expresión ‘polacos’ aplicada a los catalanes. Sería muy deseable que fuera desterrada definitivamente de nuestro vocabulario cotidiano.
TEORIA 2
Los judíos tenían fama de ser tacaños y los polacos son de origen judío. A los catalanes se les conoce por ser poco generosos, por lo tanto despectivamente se les llama polacos.
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