16/5/09
El cole
Al entrar en el aula, unos diez chiquillos de entre 5 y 6 años se nos quedaron mirando. Y nosotros a ellos. Sister Alice dijo algo y rápidamente se pusieron en pie y en fila. Yo puse a Joana frente a mí. Uno a uno se acercaban a ella, le tendían la mano formalmente y decían su nombre. Algunos, como David, alardearon de sus conocimientos de inglés con un fantástico "¡hello!" y una sonrisa abierta; otros farfullaban nombres incomprensibles con la cabeza baja y se refugiaban de nuevo en sus sillas. David apareció de nuevo, con su pelo rubio y sus pantalones de camuflaje y repitió el saludo: ¡hello! Me gustó. Él la cuidaría. Y vaya si lo hizo. Marek y yo pasamos la mañana en el despacho de la directora, en una conversación a tres lenguas que ya conté. Al entrar de nuevo en el aula, Joana tenía frente a sí todos los pequeños poneys -de largas cabelleras de fantasía y ojos centelleantes- y los repartía entre sus compañeros, ocupados en otros juegos. Las niñas cogían el muñeco y sonreían y seguían con sus cosas, pero dos grandes mocetones, uno muy alto y otro muy ancho, miraron el caballo y la mano que lo tendía con sarcasmo. Joana, que no se amedrenta, les puso a cada uno su muñeco en la mano y se giró, para continuar con su labor social. Los chicos se miraron y empezaron a quejarse -creo- riendo. Apareció David, que había estado siguiendo los pasos de Joana y recuperando uno a uno los muñecos, y les quitó los caballos con un "ya me encargo yo" que no hizo sino aumentar las risas. Me sigue gustando este pequeño soldado.
Ayer, después de una semana de colegio, Joana me dio un recorrido por el patio, presentándome a niños y niñas. Todos le decían Czesc, Joana y aceptaban sus ganas de cogerles de la mano y dar vueltas sin ton ni son.
Creo que por fin ha encontrado su paraíso, donde todos son príncipes dispuestos a complacer sus caprichos.
PD: Como sé que Ander está preocupado por mi alimentación, advierto: esta vez no hay fotos por la mala conexión.
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4 comentarios:
¿Dejo entonces de ser candidato preferencial a príncipe de Joanna? Qué bajón, loco...
Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los alemanes invadieron Polonia con sus tanques, aviones y demás maquinaria bélica, los soldados polacos atacaban a los tanques alemanes con lanceros montados a caballo (tenían un nombre pero no me acuerdo). Es posible que David sea un descendiente de aquellos valerosos soldados...
Me gusta este quiosco de malaquita.
Pecé, siempre serás el primero para Joana (como Asier, Aimar, su abuelo...).
Por supuesto, Txarlín, la valentía polaca es mítica, tal vez más mítica que real, pero romántica, en todo caso.
Es un honor que te pases por aquí y que, encima, te guste. Gracias, Enrique.
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