- ¡Voy a buscar a la policía!
- ¿Qué dices?
- ¡Voy a buscar a la policía y te llevarán a tú y te encerrarán!
Al abuelo se le escapa la risa. Manel finje seriedad y corre hacia la puerta de entrada.
- ¡Policía, policía!
Manel regresa corriendo hacia el abuelo, transformado en un sonoro coche de policía.
- ¡Ni-no-ni-no-ni-no-ni-no-ni-no!
Su mano, la agredida, se prende de la muñeca del abuelo como una tenaza.
- ¡Ya está! ¡Ha venido la policía!
2 comentarios:
¿Segundo aliento?
Poco uniformado, para ser policía...
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